Conceptos
La superficie terrestre natural no es plana, ni tiene ninguna geometría exacta. La topografía se encarga de fijar los métodos de representación en planos, haciendo uso del sistema Acotado, de la forma y dimensiones del terreno y de sus accidentes de la forma más fidedigna posible.
Así, sobre estos planos podremos realizar las actuaciones y cálculos necesario para la correcta planificación de la obra.
Partimos de que la superficie de una obra tiene un tamaño tal que podemos despreciar la curvatura terrestre, y considerar que las verticales terrestres en realidad son rectas paralelas.
El terreno se suele representar mediante curvas de nivel, que son cortes imaginarios del terreno por planos horizontales de cota conocida. O, dicho de otra forma, son la representación de los puntos del terreno que tienen cota igual a una conocida. Habitualmente, a un lado de la curva se indica el valor de la cota.
Normalmente, el plano de referencia o de comparación suele tomarse como aquél cuya cota es 0 (nivel del mar). Las curvas de nivel de cota negativa, esto es, las que representan los fondos marinos, se denominan curvas batimétricas.
Se denomina equidistancia a la distancia vertical (diferencia de cotas) entre dos curvas de nivel consecutivas. La conveniencia de usar una equidistancia diferente a 1 m viene dada por la necesidad de disponer de más o menos detalle en la representación, de cara al cálculo que vaya a hacerse sobre él.
Hay que tener en cuenta que los sistemas digitales actuales (CAD, GIS) son capaces de reproducir en tres dimensiones las formas y accidentes de una superficie topográfica a partir de una representación convenientemente acotada.
Formas y accidentes topográficos
Observando las curvas de nivel y sus cotas pueden interpretarse de un solo vistazo los accidentes que podemos encontrar en el terreno. Así, la loma o montículo se caracteriza por presentar curvas de nivel cerradas, cada una encerrando a otras de mayor cota. En el caso contrario, si las curvas interiores son las de menor cota, deducimos que se trata de una hoya u hondonada.
Una vertiente o ladera es una superficie inclinada y aplanada. Sus curvas de nivel, en el tramo que le afecta, son paralelas y casi rectas. La pendiente de la ladera la tenemos a partir de los valores de cota de las curvas.
Una divisoria es el encuentro entre dos laderas por su parte más alta (convexa). Se denomina así porque este accidente divide las aguas en dos vertientes.
Un valle o vaguada es una superficie de encuentro entre dos laderas por su parte más baja (cóncava). Es un accidente que recoge aguas.
Un puerto o collado está constituido por dos divisorias opuestas y dos vaguadas también opuestas. Este término también se suele referir al punto común y más alto de las vaguadas, o, lo que es lo mismo, el más bajo de las dos divisorias.
En un terreno no plano, se entiende la línea de máxima pendiente correspondiente a un punto de una curva de nivel al segmento de mínima longitud que lo une con la curva de nivel de cota siguiente. Geométricamente, se corresponde con la normal a la curva en ese punto. Si se hace un recorrido desde un punto siguiendo segmentos de máxima pendiente entre curvas de nivel, puede encontrarse el camino más corto para ascender o descender por el terreno.
Igual que ocurría con las superficies planas, podemos trazar un camino de la pendiente deseada por un terreno definido por sus curvas de nivel, partiendo de un punto inicial, y aplicando los intervalos de la recta a las curvas de nivel. Por conveniencia, se considera que la pendiente entre dos puntos cercanos de dos líneas de nivel consecuti-vas en constante, y que por tanto el punto medio de un segmento que une dos corvas de nivel tiene de cota el valor medio de las cotas de ambas curvas.
Las líneas de vaguada no son más que las líneas de máxima pendiente (descendiente) en los fondos de las vaguadas, y las líneas divisorias son las líneas de máxima pendiente (ascendiente) en las cimas de las divisorias.
Perfiles longitudinales
Un perfil longitudinal es la sección que produce en el terreno un plano vertical. Para evaluar correctamente las pendientes y accidentes del terreno, se eligen planos que pasen por las cimas de las lomas y por los fondos de las hoyas. También es conveniente y necesario aplicar una escala diferente en el eje Z (cotas) del perfil, para amplificarlo. El origen del eje vertical además se tomará a partir del punto de la menor cota atravesada por la traza del plano.
