Introducción

En relación con la estructura básica de la presentación de un proyecto, hasta hace relativamente poco tiempo, no existía una normativa de aplicación definitiva a que acogerse. Habitualmente los ingenieros hacían uso de la distribución más comúnmente extendida y ampliamente explicada en las Escuelas de Ingeniería, fundamentalmente en las asignaturas típicamente denominadas de “Oficina Técnica”, particularizándose un poco más en lo relativo a la ejecución de planos en aquellas otras más específicas englobadas en las llamadas Áreas de Expresión Gráfica.

Esta distribución de documentos necesarios para la redacción y posterior ejecución de un proyecto solía realizarse en los siguientes documentos básicos y que cualquier ingeniero solía manejar habitualmente:

  • Memoria
  • Planos
  • Pliego de Condiciones
  • Mediciones
  • Presupuesto

Por otra parte, debemos subrayar que en cuanto al orden de prelación de documentos ante cualquier discrepancia entre ellos -que deberá evitarse a toda costa- y, aunque se deja al autor la posibilidad de enfatizar otra diferente en el mismo, se sigue definiendo que, si no se especifica, será el tradicional orden siguiente:

  • 1º- Planos
  • 2º- Pliego de condiciones
  • 3º- Presupuesto
  • 4º- Memoria

A partir del año 2002, no obstante, contamos con la aprobación de la Norma UNE 157001 “Criterios generales para la elaboración de proyectos” que, dejando al margen los proyectos de edificación de viviendas, viene siendo utilizada con profusión en todos los ámbitos de la Ingeniería que paulatinamente se van incorporando a la filosofía netamente clarificadora de la citada Norma UNE.

Pues bien, para la citada Norma los documentos básicos de un proyecto, -que podrán presentarse en uno o en varios tomos-, son ocho, y han de recibir los nombres que se indican a continuación y presentarse en el citado orden:

  • Índice General
  • Memoria
  • Anexos
  • Planos
  • Pliego de Condiciones
  • Estado de Mediciones
  • Presupuesto
  • Estudios con Entidad Propia, cuando procedan, (p. e. Estudio de Seguridad y Salud y Estudios Medioam-bientales, fundamentalmente).

En el año 2014 dicha norma ha sufrido una revisión en su contenido, pasando a denominarse 157001:2014 “Criterios generales para la elaboración formal de los documentos que constituyen un proyecto técnico”, anulando y sustituyendo la anterior.

Así, el primer efecto que se contempla en ella es la inclusión de proyectos antes no considerados; así se indica en el capítulo OBJETO Y CAMPO DE APLICACIÓN que “Esta norma tiene por objeto establecer los requisitos formales de carácter general con que deben redactarse los proyectos de productos, obras, edificios, instalaciones y servicios”

En la Norma se distinguen con claridad los conceptos de:

  • Proyecto administrativo: como aquel documento constituido a partir de los contenidos de un Proyecto y cuyo objeto es justificar los aspectos legales necesarios para obtener la autorización o registro por parte de la Administración.
  • Proyecto ejecutivo o constructivo: Conjunto de documentos, modelos o maquetas, en soporte físico, lógico o cualquier otro, que tiene como objeto la definición y la valoración de las características de un producto, obra, edificio, instalación y/o servicio y que se requieren en función de su fin o su destino.

Documentos de un Proyecto

1.- Índice General

A efectos de la perfecta localización de cualquiera de los contenidos del proyecto ha de ser el primero de los documentos básicos y debe contener el título y número de página de todos y cada uno de los diferentes documentos del proyecto.

2.- Memoria

Contiene la descripción y, en su caso, justificación, de las soluciones adoptadas, su adecuación a la normativa legal aplicable, constituyendo un todo único fundamentalmente con los Planos y el Pliego de Condiciones del proyecto, sirviendo de nexo para todos los documentos básicos del proyecto, describiendo de forma unívoca su objeto.

Debería adaptarse su estructura en lo posible a las recomendaciones de la propia norma:

  • Capítulo 0.- Identificación e Índice (de la Memoria)
  • Capítulo 1.- Objeto
  • Capítulo 2.- Alcance
  • Capítulo 3.- Antecedentes
  • Capítulo 4.- Normas y Referencias
    • 4.1.- Disposiciones legales y normas aplicadas
    • 4.2.- Programas de cálculo
    • 4.3.- Plan de gestión de la calidad aplicado durante la redacción del proyecto
    • 4.4.- Bibliografía
    • 4.5.- Otras referencias
  • Capítulo 5.- Definiciones y abreviaturas
  • Capítulo 6.- Requisitos de diseño
  • Capítulo 7.- Análisis de soluciones
  • Capítulo 8.- Resultados finales
  • Capítulo 9.- Planificación
  • Capítulo 10.- Orden de prioridad, en su caso, entre los documentos básicos

3.- Anexos

Son cada uno de los documentos que desarrollan o justifican algunos apartados específicos u otros documentos básicos del proyecto. Si forma parte de un volumen distinto al documento principal, se debe iniciar con un índice específico que haga referencia a cada uno de sus documentos, capítulos y apartados que lo compongan.

Contendrán, entre otros, la información sobre la documentación de partida, cálculos y otros documentos de aplicación al proyecto. Por ejemplo:

  • Seguridad (prevención de incendios, radiaciones, pública concurrencia…)
  • Medio Ambiente (acústica, residuos, emisiones,…)
  • Eficiencia energética
  • Emplazamiento (Estudios geotécnicos, hidráulicos, hidrológicos, pluviométricos, etc.

Además, se incluirán aquí los Estudios con Entidad propia, aquellos que deban incluirse en el proyecto por exigencias legales:

  • Estudio Básico de Seguridad y Salud o Estudio de Seguridad y Salud.
  • Estudio de Impacto Ambiental (según la tipología prevista en la legislación vigente que aplique).
  • Otros documentos que justifiquen y aclaren conceptos expresados en el proyecto (Catálogos, Listados, informaciones en diversos tipos de soportes, Maquetas o modelos, cualquier documento que se estime necesario).

4.- Planos

En general, la norma subraya la importancia de este documento y le exige una serie de requisitos para su redacción:

  • Debe iniciarse con un índice particular de planos
  • Ha de contener de forma inequívoca la información gráfica, anotaciones y demás códigos de elaboración (Escalas, acotaciones, símbolos gráficos, etc..) del proyecto y todos han de incluir un cajetín con información coincidente unívocamente con los demás documentos del proyecto.
  • Como es obvio la norma se fundamenta para la correcta formalización de este documento en las Normas UNE de Dibujo Técnico entre las que llega a citar hasta 26 de ellas (ver capítulos de Normalización del Dibujo Técnico).

5.- Pliego de Condiciones

La norma subraya como su objetivo fundamental el establecimiento de las condiciones técnicas, económicas, administrativas, facultativas y legales para que el objeto del proyecto pueda materializarse en las condiciones que en él se especifican, eliminando la discrepancia de interpretaciones.

Así, indica que dispondrá, en primera instancia, de un índice y deberá aportar, entre otros aspectos:

  • Descripción de las obras, productos, instalaciones o servicios
  • Especificaciones de materiales y demás elementos que forman parte de la ejecución del proyecto (Listado, calidades, ensayos…)
  • Ejecución de las obras, productos, instalaciones o servicios
  • Normativa y reglamentación aplicable.
  • Determinados aspectos del contrato que puedan afectar a la ejecución, puesta en marcha (en fase de materialización) o al funcionamiento posterior del objeto del proyecto. Se refiere a aspectos como: Limitaciones en los suministros, criterios de medición, valoración y abono, Criterios para modificaciones del original, pruebas y ensayos, etc…

6.- Mediciones

Contendrá un desglose completo de todas y cada una de las partidas de obra que forman parte de todo el proyecto, dividiéndose y subdividiéndose convenientemente en las partes significativas del conjunto de toda la obra, producto, edificio, instalación y servicios objeto del proyecto. Debe determinar, por consiguiente, todas las caracte-rísticas dimensionales, modelos, número de unidades y tipología de cada una de aquellas partidas más arriba indicadas, basándose en la información contenida en el documento “Planos”.

Preferentemente se debe usar el Sistema internacional de unidades (Norma UNE 82100; partes 0 a 13).

7.- Presupuesto

Basado en el anterior documento de Mediciones y siguiendo su mismo orden, su objetivo es determinar el alcance económico total del objeto del proyecto, especificando las partidas ejecutadas por contrata y/o por administración. Para ello se hace necesaria la inclusión de:

  • Un cuadro de precios unitarios para materiales, mano de obra y cuantos elementos auxiliares pudieran conformar las unidades de obra.
  • Un cuadro de precios unitarios de esas unidades de obra con su descomposición individual en materiales, mano de obra, elementos auxiliares y costes indirectos.
  • Un presupuesto global que contendrá la valoración del coste económico total, desglosado y ordenado con el mismo criterio general que el Estado de Mediciones, indicando con claridad qué otros gastos están contemplados, o no, en el mismo: Gastos generales; Beneficio Industrial; Impuestos, tasas, y otros costes administrativos (de certificaciones, de visado, de licencias, etc…).

La importancia de los planos en un proyecto

En el ámbito de la Expresión Gráfica de la Ingeniería nos detenemos más explícitamente en el Documento nº 4: PLANOS.

Así pues, siendo el documento más usado, tienen como misión fundamental definir de forma unívoca las actuaciones técnicas a realizar, junto y en concordancia con los demás documentos del mismo. En ocasiones los alumnos que van terminando sus estudios de Ingeniería suelen preguntarnos a los profesores en general y a los tutores en particular en relación con sus respectivos Proyectos de Fin de Carreras (PFC) acerca de cuántos planos han de realizar. La respuesta, sin poder ser cerrada y única, suele ser del siguiente tenor: “depende del proyecto, pero han de ser los necesarios y suficientes para que cualquier otro técnico con los conocimientos adecuados, pero sin conocimiento previo de las obras del proyecto en cuestión, esté en condiciones de comprenderlo y ejecutarlo sin necesidades adicionales, dificultades interpretativas y sin ambigüedad alguna”.

La Norma especifica, pues, que los planos han de ser completos, suficientes y concisos.

El técnico ha de tener siempre presente que éste es un documento vinculante en cualquier litigio jurídico y, por consiguiente, a nadie se le escapa que cualquier error o defecto en un plano puede acarrear consecuencias técnicas y, por supuesto, económicas, de gravedad.

Asimismo, en el resultado de un proyecto, no solo tienen efectos los propios contenidos intrínsecos de los planos sino aquellos otros derivados de una deficiente presentación, por ese motivo se indican a continuación algunas recomendaciones generales: Razonar con carácter previo a quién y a qué va dirigido el plano que se está realizando; resulta obvio que no será lo mismo un plano dirigido a la realización de un montaje in situ o a una construcción en campo, que si su destino está relacionado con posteriores estudios en fábrica, o en gabinetes de análisis, o a proveedores o clientes diversos, etc.

En los proyectos se hace imprescindible, además del establecimiento de un completo y eficaz índice de planos, una numeración o codificación adecuada, coherente y unívoca por capítulos, con las necesarias referencias cruzadas para la perfecta localización de cada unidad de obra, conjuntos o subconjuntos y que nos lleven siempre desde lo más general a lo más particular.

Resulta pues de vital importancia, la correcta confección de un cajetín de rotulación que deberá contener, al menos, la siguiente información:

  • Título del Proyecto o código de identificación del mismo
  • Número o código de identificación del plano
  • Número de la hoja, en caso de ser varias, del plano correspondiente.
  • Identificación del Titular, promotor o cliente
  • Número de edición y en su caso, fecha de aprobación o de revisión.

En cualquiera de nuestros proyectos suelen ser fundamentales los primeros planos llamados de Replanteo, de tal manera que eventualmente dan lugar a las correspondientes firmas de las Actas de replanteo (obras de la Administración o concesiones administrativas de terrenos, etc…). Y cuando se producen modificaciones de realidades previas existentes se reivindican como imprescindibles los planos en los que se representa el estado actual y las correspondientes modificaciones proyectadas.

En general todos los planos de un proyecto deben ajustarse a las correspondientes normas en cuanto a sus características, acotaciones y Escalas (por citar algunas de ellas : UNE 1-039-94, UNE 1-121-75, UNE 1-122-75, UNE 1-132-75, UNE 1-133-75, UNE 17-050-78, ISO 5455-96, UNE 1-122-96, UNE-EN-ISO 1660-96 ) además de aquellas que se refieren a Formatos y cuadros de Rotulación (UNE 1-026-83, ISO 5457, UNE 1-035-95, UNE 7-200-84 ) y otras tantas de uso generalizado, algunas de las cuales están explicadas en esta web.

Planos habituales en una obra lineal

El cálculo, definición y trazado de ciertas obras, como caminos o carreteras, tendidos eléctricos, instalaciones de tuberías, abastecimientos o saneamientos, ferrocarriles y, en general todas aquellas en que predomina la dimensión longitudinal frente a la anchura y por supuesto a la vertical, – por ello así llamadas obras lineales -, es una constante en los proyectos de ingeniería, como una aplicación específica del sistema de planos acotados.

Pues bien, cualquier proyecto de un camino, carretera o, en general, de una obra lineal, deberá aportar una serie de planos básicos, cuya información es imprescindible para su definición. Algunos son los habituales a cualquier tipología de proyecto y otros serán más específicos de este tipo de obra. Así hablaremos de:

Planos Generales: Y, por consiguiente, generalmente obligatorios en todo este tipo de proyectos; entre ellos destacamos los siguientes:

  • Plano de situación. En él definiremos los elementos notables de la topografía donde se enmarca el proyecto y detalles existentes en la zona de ubicación de nuestra obra (Poblaciones, edificios singulares, líneas eléctricas, cauces, etc.), así como los puntos de origen y destino de la obra lineal a definir. Generalmente se trabaja con planos cuyas escalas requieren poca definición, por ejemplo, E=1: 50.000, E=1: 25.000 o E=1:10.000, y nunca se debe olvidar especificar en ellos ni el Norte geográfico, ni aquellos puntos notables a lo largo del eje de la obra en cuestión. Puede, y de hecho suele, utilizarse con normalidad alguna copia de los editados por el Instituto Geográfico de la región, Autonomía, o zona geográfica.
  • Plano de emplazamiento: De acuerdo con la tipología del proyecto aparece también un plano (o planos), denominado de “emplazamiento o ubicación”, de mayor definición que el más arriba comentado, en el que la obra se pone en relación directa con un entorno más próximo: las parcelas, edificios próximos o colindantes, utilizando para ello escalas tipo E = 1: 10.000 o E = 1: 5.000.
  • Plano de Planta. Una vez definido el trazado planimétrico de la obra, hemos de detallar el estado actual de la(s) parcela(s) involucrada(s) en el que se representará el trazado del camino en una o varias partes. Por esta razón, suele definirse asimismo como “plano de estado actual”. Se han de concretar en él, numerándolas, las diferentes alineaciones (rectas o curvas) incidiendo en cada una de ellas en los parámetros que la definen: longitudes y pendientes en los tramos rectos, así como añadiendo los radios, ángulos abarcados, puntos de entrada y salida, etc…, para los tramos curvos. Se pretende dejar constancia de la situación previa al inicio de las obras, para el análisis general de nuestras actuaciones. Pueden utilizarse escalas similares a las anteriores, o mejorar siempre que sea posible la comprensión y “ubicación”, con escalas de mayor definición (por ejemplo, por tramos). Suelen ser escalas razonables E = 1: 2.000; E = 1: 1.000 e incluso E = 1: 500, según el tipo de obra y las necesidades de definición.
  • Plano de Estado definitivo o futuro. En el que se definirán las correspondientes zonas de desmontes y terraplenes necesarios para su ejecución, con la definición completa de la plataforma necesaria para su realización y añadiendo la necesaria determinación de las intersecciones entre los taludes formados, entre sí y con el terreno primitivo, para la correcta definición de los límites de las actuaciones, con las consiguientes modificaciones de las líneas de nivel que se hayan producido. Por ejemplo, se verán en él las parcelas afectadas, los límites de las expropiaciones requeridas, etc. Aquí, preferiblemente, se mejorará la definición de los planos a realizar, aunque nos veamos precisados a representar el conjunto de la obra, como se ha apuntado, en diversos tramos parciales. Unas razonables escalas pueden estar en torno a 1: 2.000 o 1: 1000.
  • Plano de replanteo. Uno de los planos que se requieren, como se ha comentado más arriba, para la definición de la planimetría de la obra es el de la puesta en relación de la obra diseñada con las imprescindibles bases de replanteo, ya se refieran a marcas o hitos propios, definidos en particular para esta obra y usando, pues, coordenadas relativas, o bien, tomados de la Red Geodésica Nacional con coordenadas UTM (absolutas) siempre preferibles; en cualquier caso se tratará de puntos inamovibles respecto a los cuales referenciar ejes, alineaciones, vértices, puntos de tangencia, cotas, etc…, de las parcelas o explanadas involucradas.
  • Planos de Perfiles longitudinales. Este es un plano específico de esta clase de obra, en el que se ha de representar tanto el estado del terreno natural, antes de ejecutar ninguna acción sobre el mismo como el estado de las rasantes (tramos del camino que mantiene una pendiente constante) después de las actuaciones. Una particularidad interesante de estos tipos de planos es la de que, al predominar la dimensión longitudinal (es decir, más o menos horizontal) frente a la dimensión vertical, la mayor parte de las veces, usaremos escalas distintas para la dimensiones horizontal y vertical, siendo combinaciones razonables algunas proporciones entre ambas de 10 a 1 o de 5 a 1, es decir, a modo de ejemplo:
    EH= 1:1.000 y EV = 1: 100 o 1: 200
    EH = 1: 2.000 y EV = 1: 200 o 1: 400 o 1:500
    Todo dependerá de la morfología del terreno y la necesidad de destacar unos u otros accidentes. Este es uno de los más importantes planos de este tipo de obra y en él se ha de añadir una raqueta (en algunos textos también llamada “guitarra”) de informaciones en las que se incluyen datos tales como:
    • El plano de comparación elegido para el levantamiento del perfil.
    • El número de cada perfil transversal o punto kilométrico (P.K.) de control.
    • La distancia al origen de cada uno de ellos
    • Las distancias parciales entre cada dos P.K. consecutivos.
    • Las cotas (u ordenadas) del terreno y de la rasante, encada punto de control así como las denominadas
    • “Cotas rojas” (Es decir, las diferencias entre la cota del terreno y la de la rasante final) en cada punto de control; con especificación en valor absoluto de cada una de ellas en zona de Desmonte o zona de Terraplén.
    • Finalmente se indicará para cada rasante, su respectiva inclinación (que responde al concepto de pendiente, en tanto por mil, en tanto por ciento o en tanto por uno)
    • Estado de alineaciones (recta; curva, clotoide, etc…, con indicación de longitudes, radios, desarrollos de tramos curvos y demás parámetros).
  • Perfiles transversales. Para el seguimiento de la obra a lo largo del recorrido, resulta fundamental la definición de los correspondientes perfiles transversales, uno de los instrumentos tradicionales para el cálculo manual de los volúmenes de tierra a mover, ya sea en desmonte o en terraplén. Debe cuidarse especialmente la definición de estos planos para que representen siempre una utilidad razonable, destacando si es necesario, como se ha descrito para el perfil longitudinal, la escala vertical frente a la horizontal. Pueden, no obstante ser iguales en algunas ocasiones, ofreciendo así cierta comodidad para el cálculo de volúmenes, y algunos valores razonables podrían ser E= 1:100 o E=1:200. Resulta interesante destacar en cada uno de ellos datos como el número de control ya asignado en el perfil longitudinal; las áreas de desmonte y/o terraplén; la cota de rasante y, a veces, la cota roja respecto al terreno natural del punto central del eje del camino.
    Suele complementarse este plano con una tabla en la que se expresen los valores de las sucesivas áreas calculadas de desmonte o terraplén y las distancias parciales entre cada dos sucesivas, a fin de ayudarnos al cálculo manual de los correspondientes volúmenes a manejar.
  • Planos de las Secciones Tipo. Deberán aparecer planos de la secciones tipo elegidas por las condiciones del proyecto, con todas las acotaciones precisas para su comprensión y ejecución; se utilizará la mayor definición posible, compatible con lo razonable, usándose escalas del orden de E = 1:25 o 1:50.

Además de estos planos que hemos denominados más arriba como “de tipo general” serán precisos habitualmente los llamados Planos de Elementos Auxiliares, que son planos en los que se representarán elementos, que aparecerán o no, en cada situación concreta y entre los que, a guisa de ejemplos, podemos citar: Drenajes, Elementos específicos de seguridad, como barreras, comunicaciones, elementos de señalización, etc…

Por último, podemos encontrar los Planos de Detalles, que muestran descripciones más o menos detalladas de ciertos elementos constructivos adicionales como arquetas, cimentaciones, cunetas, pasos de agua, viaductos, túneles, cruces con canales o tuberías de riego de importancia dispar según la tipología de obras concretas a que se refiera nuestro proyecto.

Esta tabla muestra una planilla manual de mediciones de volúmenes de movimientos de tierras, calculados a partir de los perfiles transversales.

En el capítulo siguiente se muestra un ejemplo (reducido) de un proyecto típico de obra lineal.

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